Una de las manifestaciones clínicas más comunes de los trastornos hormonales es la alteración del deseo sexual.
Tanto si se trata del diagnóstico principal o secundario a otra patología.
Se estima que entre el 5 y el 10 por ciento de las disfunciones sexuales son causadas generalmente por factores hormonales.
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Las alteraciones hormonales que afectan el deseo sexual encontradas con más frecuencia son:
Hipogonadismo
Hace referencia a un síndrome clínico ocasionado por la deficiente producción de hormonas esteroideas por parte de una insuficiencia ovárica, o debido a la disfunción secundaria del eje hipotálamo-hipófisis-gonadal.
Hipopituitarismo
El hipopituitarismo (insuficiencia hipofisaria) se debe a una menor actividad de la hipófisis que da lugar a la carencia de una o de más hormonas hipofisarias. Es poco común y puede ser consecuencia de varios factores, como determinados trastornos inflamatorios, un tumor hipofisario o un aporte insuficiente de sangre a la hipófisis.
Hiperprolactinemia
Es un exceso de prolactina en sangre. La prolactina es una hormona producida en la hipófisis o pituitaria y es la encargada de controlar la producción de leche y de frenar la acción de las hormonas sexuales, tanto femeninas (estrógenos) como masculinas (andrógenos).
Alteraciones tiroideas
Por ejemplo bocio (agrandamiento de la tiroides), hipertiroidismo (una producción en exceso de la hormona tiroidea), hipotiroidismo (producción insuficiente), nódulos (bultos en la tiroides) o tiroiditis: hinchazón de la tiroides.
Según estudios clínicos, de todas las anteriores, el hipogonadismo es la causa hormonal más frecuente de disfunción, representando 2/3 del total, mientras que el resto está distribuido entre hipopituitarismo e hiperprolactinemia. El hallazgo de hipofunción tiroidea fue marginal.
Efectos en el orgasmo
Se calcula que las enfermedades endocrino-metabólicas como la diabetes mellitus inciden en un 5% en trastornos del orgasmo.
El déficit de testosterona y las alteraciones suprarrenales o tiroideas pueden afectar el orgasmo. Al igual que las enfermedades graves o debilitantes como el cáncer de mama (mastectomía), cáncer de útero (histerectomía) e insuficiencia renal.
Ante la presencia de deseo sexual inhibido, se recomienda una evaluación endocrinológica profunda para obtener un perfil hormonal (comprendido básicamente por testosterona, prolactina, LH y hormonas tiroideas).
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