En el artículo anterior sobre atrofia vulvo-vaginal definimos qué es la salud vaginal y cómo incide en la salud integral de la mujer. Hoy nos enfocaremos en enumerar y explicar los cuatro principales tratamientos no hormonales contra este padecimiento que afecta a más del 40% de las mujeres con menopausia.
Atrofia vulvo-vaginal tratamientos no hormonales:
Plasma rico en plaquetas con factores de crecimiento: Contribuyen a la hemostasis a través de gránulos alfa que contienen factores de crecimiento o proteínas activas que estimulan las células por medio de receptores (las plaquetas pueden liberar hasta 30 factores estimulantes). Para que haya resultado en la regeneración de tejido se deben cumplir tres etapas: inflamatoria, proliferativa y maduración.
Células madre del tejido adiposo: Se obtienen a través de un proceso de emulsificación y favorecen el trofismo, la producción de colágeno, así como la liberación de factores de crecimiento y de fibroblastos (células que segregan proteínas de colágeno) para la regeneración del tejido.
Ácido hialurónico: Que no tenga agentes reticulantes y que sea de un peso molecular medio o bajo. Así nos aseguramos que trabaje a nivel de la dermis, estimulando la síntesis de colágeno tipo 1, aumentando la proliferación de fibroblastos y liberando citoquinas. Además, beneficia la hidratación, la cicatrización y regula la migración y proliferación celular.
Equipos basados en energía (láser, radiofrecuencia y Hifu): Funcionan como regeneradores de tejido mediante la emisión de calor. La radiofrecuencia emite un calor terapéutico de entre 40 y 45 grados que genera una neocolagenesis, una neo elastosis, y una estimulación de fibroblastos. La luz de láser estimula la célula y produce aumento de energía ATP, normalización potencial de membrana y activación DNA y síntesis proteica. El Hifu (ultrasonido focalizado de alta intensidad) mejora la laxitud vaginal y la incontinencia urinaria de esfuerzo. Al actuar a mayor profundidad (3 mm y 4.5 mm) retarda un poco más el efecto a nivel superficial.
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Conclusión
Todos estos tratamientos aportan a la neoformación vascular, contribuyendo a mejorar el trofismo del tejido y una reparación acelerada y completa que reduce los efectos de sequedad, ardor, dispareunia, urgencia miccional, entre otros síntomas de la atrofia vaginal.
Queda a criterio del profesional elegir el que mejor se ajuste a las necesidades, comodidad y accesibilidad de la paciente.
Fuente: Webinar sobre tratamientos no hormonales para la atrofia vaginal. Dra. Maryory Gómez Cárdenas. Ginecólogo obstetra. Especialista en Ginecoestética, Láser Ginecológico y Medicina Regenerativa.
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