Cada vez es más frecuente ver publicaciones en revistas de farándula o incluso médicas que hablan sobre la reducción de labios menores o labioplastia en adolescentes.
Si bien es una intervención cuya demanda ha registrado un incremento reciente, tampoco es algo que sea estrictamente nuevo.
Un artículo científico del 2009, a cargo de P.K Jotilakshmi y colaboradores en el Reino Unido, titulado “Labial reduction in adolescent population: a case series study” ya daba algunas señales al respecto.
Más allá de recomendar o no la Labioplastia en adolescentes, lo cual es relativo, debemos considerar quiénes y cómo la están realizando.
Hasta la fecha se han reportado casos de mala praxis que en una etapa tan crítica puede tener serias repercusiones.
Recordemos que entre los 10 y 21 años la mujer atraviesa un proceso de maduración y cambios físicos, emocionales y psicológicos.
Este es un factor fundamental a la hora de elegir el momento indicado para una eventual cirugía, al igual que el tipo de profesional que la realiza.
Como siempre, debe ser un médico altamente capacitado para evitar resultados no óptimos que puedan afectar la vida sexual y psicológica de la mujer, tanto en su adolescencia como posterior vida adulta.
El Colegio Americano de Obstetricia y Ginecología (ACOG) estableció una serie de recomendaciones para la cirugía:
- El primer paso debe ser educar a las adolescentes e infundirles tranquilidad con respecto a las variaciones normales en la anatomía, crecimiento y desarrollo.
- Antes del tratamiento quirúrgico o la derivación, se debe brindar un asesoramiento y evaluación apropiados sobre la madurez física y la preparación emocional.
- Si así lo considera el ginecólogo, las adolescentes deben ser examinadas para diagnosticar un posible trastorno dismórfico corporal.
- El obstetra-ginecólogo debe tener un buen conocimiento a nivel práctico, así como de las indicaciones y el momento de la intervención quirúrgica y la derivación.
Debe considerarse que la mayoría de adolescentes están sometidas a presión social debido a conceptos erróneos sobre el supuesto cuerpo ideal.
Aunque los procedimientos reconstructivos o cosméticos pueden mejorar la función, la apariencia y la autoestima, no todas las adolescentes están preparadas ni son candidatas a una intervención.
La comunidad médica trabaja en establecer criterios de elección de la paciente.