Recientemente, un grupo de especialistas en ginecología, encabezado por Garg y colaboradores (2024), publicó un artículo muy interesante sobre terapias emergentes en este campo. El estudio destaca tres tratamientos innovadores que están revolucionando la forma en que se abordan ciertos trastornos ginecológicos: el láser de dióxido de carbono (CO2) fraccionado, el plasma rico en plaquetas (PRP) y la radiofrecuencia. En este artículo, desglosaremos los puntos principales del estudio.
Láser de Dióxido de Carbono Fraccionado
El láser fraccionado de CO2 ha ganado popularidad en los últimos años, no solo como una opción de rejuvenecimiento vaginal, sino también como un tratamiento eficaz para el síndrome genitourinario de la menopausia (SGM). Según el estudio, esta terapia no solo ayuda a reducir los síntomas de sequedad vaginal y dolor durante las relaciones sexuales, sino que también tiene efectos prolongados en comparación con los tratamientos hormonales convencionales.
El mecanismo de este láser es bastante interesante: emite haces de luz fraccionados que crean microlesiones controladas en el tejido vaginal, lo que estimula la producción de colágeno y el crecimiento de nuevas células. Esto se traduce en un epitelio más grueso y saludable. Además, a diferencia de las cremas vaginales de estrógenos, el láser de CO2 no depende de hormonas, lo que lo convierte en una opción atractiva para mujeres que no pueden o prefieren no usar tratamientos hormonales.
Otra ventaja destacada es su aplicación en el tratamiento de la incontinencia urinaria de esfuerzo (IUE). Aunque este tipo de incontinencia suele tratarse con ejercicios del suelo pélvico o cirugía, el láser de CO2 ha demostrado ser una opción no invasiva con buenos resultados a largo plazo.
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Plasma Rico en Plaquetas (PRP)
El PRP no es una novedad en el campo médico; se ha utilizado en traumatología, dermatología y cirugía plástica durante años. Sin embargo, su aplicación en ginecología es relativamente reciente y prometedora. Garg y su equipo explican que el PRP se obtiene al centrifugar la sangre del paciente para concentrar las plaquetas, que luego se inyectan en la zona afectada. Estas plaquetas liberan factores de crecimiento que ayudan a regenerar tejidos y a mejorar la cicatrización.
En ginecología, el PRP se está utilizando para mejorar la función sexual y tratar la dispareunia (dolor durante las relaciones sexuales), la incontinencia urinaria e incluso para rejuvenecer el ovario en mujeres con baja reserva ovárica. El estudio menciona casos donde el PRP ha mejorado la calidad del endometrio, aumentando las posibilidades de embarazo en tratamientos de fertilidad.
Una aplicación particularmente interesante es el tratamiento del liquen escleroso, una afección crónica de la vulva que causa dolor e incomodidad. Los resultados preliminares sugieren que el PRP podría ser más efectivo que los tratamientos con esteroides tradicionales, promoviendo la regeneración del tejido y reduciendo los síntomas.
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Radiofrecuencia
La radiofrecuencia es otro tratamiento emergente que se está utilizando en ginecología para tratar el síndrome genitourinario de la menopausia y la laxitud vaginal. Funciona mediante la generación de energía térmica que estimula la producción de colágeno y la neovascularización de los tejidos. Según el artículo de Garg y colaboradores, la radiofrecuencia tiene el potencial de mejorar la función sexual y reducir la sequedad vaginal en mujeres postmenopáusicas.
El estudio destaca el ensayo clínico VIVEVE I, que comparó la radiofrecuencia con tratamientos convencionales, mostrando una mejora significativa en la laxitud vaginal y la satisfacción sexual. Además, la radiofrecuencia ha demostrado ser útil en el tratamiento de la incontinencia urinaria, especialmente cuando se combina con ejercicios del suelo pélvico.
Una de las ventajas de la radiofrecuencia es que es una opción no ablativa, lo que significa que no destruye el tejido, sino que lo estimula a regenerarse. Esto se traduce en un tiempo de recuperación más corto y menos efectos secundarios en comparación con otros tratamientos.
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Conclusiones del Estudio
En resumen, el artículo de Garg et al. (2024) destaca que estas terapias mínimamente invasivas están cambiando la forma en que se tratan los trastornos ginecológicos. Aunque todavía son relativamente nuevas y requieren más investigación para evaluar su eficacia a largo plazo, los resultados hasta ahora son prometedores. Las pacientes parecen preferir estos tratamientos debido a su rápida recuperación y menores efectos secundarios en comparación con las terapias tradicionales.
Si quieres profundizar en este estudio, te invito a leer el artículo original de Garg y colaboradores. Puedes acceder al artículo completo en el siguiente enlace: https://jsafog.com/doi/JSAFOG/pdf/10.5005/jp-journals-10006-2423
Referencia
Garg R, Sharma S, Malhotra N, et al. Innovative Therapies in Gynecology: A Review Article. Journal of South Asian Federation of Obstetrics and Gynaecology 2024;16(4):417–420.
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