Las hormonas son fundamentales para regular la mayoría de los principales procesos corporales.
Se estima que entre el 5 y el 10 por ciento de las disfunciones sexuales son causadas generalmente por factores hormonales.
Tres de las alteraciones hormonales con un grave impacto en la calidad de vida de las pacientes son: hipogonadismo, el hipopituitarismo y la hiperprolactinemia
Repasemos cada una de ellas, así como su respectivo diagnóstico y tratamiento.
Hipogonadismo
Es causado por una deficiente producción de hormonas esteroideas a raíz de una insuficiencia ovárica, o debido a la disfunción secundaria del eje hipotálamo-hipófisis-gonadal.
La insuficiencia ovárica primaria y el hipogonadismo secundario pueden ser congénito o adquirido.
Su identificación temprana es crucial para evitar complicaciones a largo plazo y afectar la calidad de vida de las mujeres.
Diagnóstico
Se diagnostica a través de pruebas hormonales como el test de la hormona foliculoestimulante (FSH), luteinizante (LH), 17β-estradiol, prolactina, test GNRH e IGF-1.
Tratamiento
Los objetivos del tratamiento son inducir la pubertad en la adolescente y evitar las complicaciones del déficit de estrógenos en la mujer adulta (osteoporosis, enfermedad cardiovascular).
La terapia sustitutiva se inicia generalmente a los 12 años y finaliza a la edad media de la menopausia.
En la primera fase de inducción puberal, se administra estradiol en monoterapia a dosis escalonadas.
Los estrógenos podrían ser beneficiosos, además, para complicaciones típicas del síndrome de Turner tales como la rigidez aórtica, la hepatopatía y ciertas alteraciones cerebrales.
Tras dos o tres años de estrogenización, o antes si se producen metrorragias repetidas, se debe asociar un gestágeno si la mujer tiene útero.
El tratamiento sustitutivo con hormonas sexuales debe hacerse cuidadosamente y ser lo menos iatrogénico posible, ya que debe mantenerse por casi cuarenta años, dentro de un grupo de mujeres que sufren muchas comorbilidades.
Más información: Hablemos de Hipogonadismo Femenino
Hipopituitarismo
Es un trastorno poco común originado en una menor actividad de la hipófisis que da lugar a la carencia de una o de más hormonas hipofisarias.
Produce síndromes de deficiencia endocrinológica secundarios y una pérdida parcial o total de la función del lóbulo anterior de la hipófisis.
Con mayor frecuencia, la primera hormona deficiente es la hormona de crecimiento (GH), a la que siguen las gonadotropinas y, por último, la hormona tiroideoestimulante (TSH) y la ACTH.
En las mujeres premenopáusicas, la carencia de las gonadotropinas (hormonas foliculoestimulante y luteinizante) provoca amenorrea, disminución de la libido, regresión de las características sexuales secundarias y esterilidad.
Diagnóstico
La disfunción hipofisaria debe distinguirse de la anorexia nerviosa, la hepatopatía crónica, la distrofia miotónica, la enfermedad autoinmunitaria poliglandular y enfermedades de las otras glándulas endocrinas.
Por ende, debe buscarse evidencia de anomalías estructurales hipofisarias y de deficiencias hormonales a través de estudios de diagnóstico por la imagen y pruebas de laboratorio.
Se debe realizar una TC o RM de alta resolución, con agentes de contraste si se considera necesario (para excluir trastornos estructurales, como adenomas hipofisarios).
La evaluación inicial debe incluir la búsqueda de deficiencias de TSH y ACTH, porque ambos trastornos pueden poner en peligro la vida del paciente.
Tratamiento
El tratamiento contra el hipopituitarismo consiste en la reposición de las hormonas de las glándulas hipofuncionantes o el abordaje de la causa (p. ej., tumor).
En adultos con deficiencia de GH se inicia con una dosis baja 1 vez al día de GH (0,3 mg por vía subcutánea en las mujeres y 0,1 mg en los pacientes mayores) y se titula para alcanzar un nivel de IGF-I sérico normal.
Más información: Hipopituitarismo en mujeres
Hiperprolactinemia
Es un exceso de prolactina en sangre. La prolactina es una hormona producida en la hipófisis o pituitaria y es la encargada de controlar la producción de leche y de frenar la acción de las hormonas sexuales, tanto femeninas (estrógenos) como masculinas (andrógenos).
Las causas son variadas y se clasifican en: fisiológicas, farmacológicas, patológicas e idiopáticas.
Una causa común de la hiperprolactinemia es la presencia de una masa o tumor en la glándula pituitaria, llamado prolactinoma. Generalmente es benigno (no canceroso), aunque si son grandes pueden causar dolores de cabeza, problemas de la vista o ambos. Los prolactinomas son más comunes en las mujeres que en los hombres.
Tratamiento
El tratamiento depende de la causa y aplica solo ante la presencia de señales o síntomas, independientemente del nivel de prolactina.
Entre las principales opciones se encuentran los medicamentos como la bromocriptina y la cabergolina que disminuyen la producción de prolactina y funcionan bien en la mayoría de las personas con prolactinomas.
En los casos en que se presenta un tumor, si los medicamentos no son eficaces y el tumor está afectando la vista, se puede recurrir a la cirugía. En casos poco comunes, se usa radiación para reducir el tumor.
Más información: La hiperprolactinemia en mujeres
Más información: https://www.imss.gob.mx/sites/all/statics/guiasclinicas/644GRR.pdf