La incontinencia urinaria (IU) o pérdida involuntaria de orina, es un problema del que pocas mujeres hablan, a pesar de sus efectos en el estado anímico, autonomía y vida sexual.
Se estima que una de cada tres mujeres lo padecerá en algún momento, con el agravante de que tan solo dos de cada 10 consultan con un médico.
El síntoma más frecuente es una filtración o fuga de orina leve, aunque también puede llegar a ser abundante e incontrolable.
Tipos y causas de la Incontinencia Urinaria
Existen tres tipos fundamentales de incontinencia urinaria: de esfuerzo, que se origina cuando se realiza alguna actividad que demande esfuerzo físico (toser, reír, saltar…); la de urgencia, asociada a un deseo repentino e incontrolable, y por rebosamiento, que ocurre cuando la vejiga no se vacía del todo y se produce un goteo posmiccional. Cuando se unen más de dos tipos, se denomina incontinencia urinaria mixta.
La IU puede aparecer como consecuencia de embarazos y partos, menopausia y atrofia genital, obesidad y sobrepeso o predisposición genética.
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Tratamiento Láser de la IU
En la actualidad existe una solución indolora, rápida y eficaz: el tratamiento láser.
Funciona con tecnología térmica sobre el tejido vaginal estimulando la remodelación del colágeno, la neovascularización y mejora del trofismo del epitelio. Así se consigue una contracción y tensado del tejido de la mucosa vaginal, lo que aporta mayor apoyo en la vejiga y la recuperación de la función normal de continencia.
De acuerdo con la literatura médica, 120 días después del tratamiento, el 94% de las pacientes reportan una mejoría en todos los parámetros evaluados.
Se encuentra indicado para los casos de incontinencia urinaria de esfuerzo leve o moderada y en aquellos casos de incontinencia de urgencia en la que esté implicada la atrofia genitourinaria.
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Se realiza en consultorio y consta de tres sesiones, con un intervalo de cuatro a seis semanas. Cada sesión tarda 15-20 minutos y la mujer puede retomar inmediatamente sus actividades cotidianas.
En términos generales, los resultados pueden durar hasta un año y medio e ir disminuyendo con el tiempo. La ventaja es que el procedimiento puede repetirse las veces que sea necesario.