El tamaño excesivo del clítoris puede afectar la funcionalidad y estética de este órgano fundamental en la sexualidad femenina.
En sus dimensiones normales, el clítoris mide de 15 a 23 mm. en toda su extensión, mientras que el glande oscila entre 3 y 4 mm de largo y ancho.
Si rebasa esos límites, llegando a parecerse a un micropene, estamos frente a un diagnóstico de agrandamiento anormal o hipertrofia de clítoris, conocida también como clitoromegalia.
Es una patología que puede llegar a ser muy molesta para la mujer, tanto a nivel estético como funcional, convirtiendo las relaciones sexuales en una experiencia dolorosa debido a la hipersensibilidad de la zona por roce excesivo.
Suele ir asociada a la hipertrofia del capuchón del clítoris, entre otros problemas a nivel genital como aumento de grasa en Monte de Venus e hipertrofia de labios menores o mayores.
Causas y tratamiento
Las hipertrofias normalmente tienen un origen congénito relacionado a la influencia de un exceso de hormonas virilizantes sobre los genitales.
Aunque menos frecuente, algunas mujeres pueden desarrollar una hipertrofia adquirida, también por motivos endocrinos, traumatismos post-parto, ingesta frecuente de anabolizantes, o tumores.
En algunos casos corrigiendo el exceso de hormonas, el clítoris puede volver espontáneamente a su tamaño normal.
En otros, sobre todo en los congénitos o de mayor gravedad, la solución indicada es la clitoriplastia, que se basa en la reducción del clítoris, o bien, del capuchón que lo recubre.
La reducción de clítoris consiste en una reducción del tamaño del cuerpo del clítoris y del glande, lo cual requiere de un alto nivel de especialización para evitar daños en la zona o pérdida de sensibilidad.
La reducción del capuchón lo que pretende es reducir el tamaño del prepucio y la piel que rodea al clítoris, reposicionándo el clítoris para darle una apariencia más reducida y conservando totalmente la sensibilidad erógena.
Ambos procedimientos realizan bajo anestesia local y sedación, pueden tardar entre una hora y tres horas, dependiendo del tipo de cirugía que se realice y la complejidad del caso.
El postoperatorio requiere reposo máximo de cuatro días, en función del alcance de la intervención y ritmo de recuperación personal. No es necesario extraer los puntos de sutura (son reabsorbibles) y puede presentar molestias o hinchazón en la zona, que desaparecen a los pocos días. Las relaciones sexuales se podrán retomar pasado un mes de la cirugía.
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